Autor: Miranda Alatriste Paola
El término empatía fue introducido en 1909 por el psicólogo inglés Edward Bradner Titchener como traducción de la palabra alemana einfühlung. Southard fue el primero en incorporar la empatía en 1918 a la relación médico-paciente como un recurso para facilitar el diagnóstico y la terapéutica. La empatía es ampliamente aceptada como una parte importante de la comunicación efectiva (Bylund y Makoul, 2002). En el ámbito clínico, se identifica claramente que los pacientes, que perciben a sus médicos de forma asertiva, reportan mayor satisfacción, confianza y mayor eficiencia en el tiempo de consulta. Sin embargo, ¿qué es ser empático?, ¿qué es ser asertivo? Desgraciadamente la mayoría de la literatura sobre comunicación efectiva no está dirigida al personal de salud, lo que nos ubica ante un grave problema, ya que conocemos que la empatía es importante en la consulta, pero no sabemos muchas veces cómo lograrla. Un buen comienzo puede ser preguntarnos ¿cuándo fue la última vez que seguimos una dieta con restricciones de alimentos ricos en fósforo, potasio, proteínas, hidratos de carbono simples y sodio, durante una semana o incluso un día?, ¿cuándo fue la última vez que intentamos limitar o controlar nuestra ingesta de líquidos mientras consumimos un gran listado de fármacos? o más sencillo ¿cuándo fue la última vez que seguimos una dieta por un período grande de tiempo sin darnos un “gusto” o sentirnos privados de algún alimento? Estas preguntas son importantes para ayudar a sensibilizarnos como nutriólogos, que tenemos dentro de nuestras responsabilidades profesionales la educación de otros.
2019-07-18 | 5,249 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 2 Núm.1. Enero-Abril 2019 Pags. 3 Rev Mex Nutr Ren 2019; 2(1)